-Ni teniendo la oportunidad lo hago- Su cara rígida se elevaba y se hacía inmoral.
-Júralo, júrame que no pasó nada- Sonrojado, bello y asustado rogaba una respuesta.
-Te amo, sólo a ti...juro que nada pasó-.
Sonrisa. Abrazo. Beso.
-También te amo- Y el alivio le invadía al decir esto.
--------
Horas después entraba a un apartamento de la calle 43.
Le esperaba una piel tersa, tibia y desnuda.
Sonrió. Había hecho esto miles de veces antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario