miércoles, 6 de abril de 2011

Hay piel en juego.

De mañana las almas se alzan y se amontonan, se quebrantan por unirse a otras.

Es triste; que te arda la panza, las manos, las cejas, la miosis, el tinnitus, las palabras excitadas.
Que se miren los pies y se besen el suelo, que se hundan en la ladera oculta entre los pechos de una mujer sin cabida y con la cabeza blanca y en blanco.
Que se masturben mientras se miran en el cielo.
Que se duelan por sonreír mientras viven en el viento.
Que les guste la lluvia un poco y no sean tan distintos.
Que se amen, se deseen y se maten. En ese orden y en todos los que existan. Por piedad.
Que jamás te caigas de mis manos mientras yo digo que no puedo.
Que las azoteas no tengan fin en mi vida.
Que las madrugadas sean tan largas como las necesito y deseo.
Que los pies no se me gasten en zapatos rotos y que sientan millones de homúnculos asfálticos malditos.
Que ya me calle de una vez.

domingo, 3 de abril de 2011