Y a mí me da la gana de cerrar el cielo, porque esto es más hábito que antojo.
Eres menos ganas y más obligación.
Porque cada vez las cosas decaen más, se marchitan más y no parecen intentar volar por sí mismas.
Eres una rosa; y yo aborrezco las rosas.
O quizá eres un libro, las palabras te sobran.
O un escritor, los sentimientos se te perfilan adecuadamente sin ser verdaderos.
Eres mala imagen, cínico retrato de mí misma.
Eres copa desgarrada.
Eres mi propio corazón enamorado...
y manipulado.
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