miércoles, 10 de febrero de 2016

La soga


Hay días y días. 

El viento frío nos reprende, nos limpia no solo los pulmones sino la mente. La mente. Ese deshilvanado ser a medias que nos susurra todo el rato lo que no queremos oír y nos hace sentir y ver cosas que no están. La verdadera cruz, la matrix individualizada. 

Aún se puede sentir tu vida rondando. Volteo creyendo que has cruzado por el cuarto, que te sientas en el piso de la cocina mientras hay tanto por hacer. Que me abrazas al dormir moldeando tu cuerpo, cambiando tu olor de día por una dulzura pasajera. Caminemos, quiero contarte todo.

Las nubes se tragan un avión. El cielo está totalmente apagado por ellas. Sobre la azotea, los árboles acarician a cualquier ser que lo permita. Así de grande es el amor. La vida y muerte. 

Sólo un segundo más.

Salto. Se tensa el aire. 

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