lunes, 23 de noviembre de 2009

Algo #2

Te recorro suave, cosido al viento que te abraza esta noche
y tropiezo, tu voluntad enardecida que se niega.
No me quejo,
no me turbo,
continúo.

Mis dedos,
regatos que se entrometen descuidados entre la yerba de tus cabellos
mismos ríos etéreos que se deslizan por el envés de tu cuerpo
extravías la batalla y te me entregas,
mientras se entonan melodías de tóxicas esencias
que la oscuridad nos silba quedamente
oh! perfumes líquidos insinuando ósculos descorteses.
Soy débil, ruego perdones mi atrevimiento...
pero tus labios, incansables astros sonrojados
me incitan a beber de ellos una vida
singlando, lúbrico, tu cuerpo
de mares ignotos y lejanos.
Voluptuosos, ya encendidos
nos elevamos al infragante cielo que observa.


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